Así respiras, así es tu vida
12/31/2018
¿Sabías que un yogui lo suficientemente experimentado es capaz de saber cuál es el estado emocional en el que se encuentra la persona que tiene delante, solamente con observar cómo está respirando?
Tal y como respiras, asi vives. Por tanto, si tu respiración es la adecuada, te encontrarás bien. Este ha sido uno de los aprendizajes más importantes que he hecho en los últimos años.
La respiración nos ayuda a cargarnos de oxígeno, a llenarnos de energía y a alimentar las células de nuestro cuerpo. ¿Sabias que además es clave para nuestro bienestar? este ha sido mi gran descubrimiento: la respiración marca nuestro estado mental, físico y emocional. Por eso, si la búsqueda de la felicidad y la serenidad son una prioridad en tu vida, te animo a que empieces a poner conciencia en tu respiración.
Te propongo un sencillo ejercicio. Detente un segundo. Obsérvate: ¿Cómo es tu estado mental? ¿Cuál es tu estado emocional? ¿Cómo estás respirando?
Pongámosle nombre a lo que has observado, ¿sabías que existen 3 tipos de respiraciones?
Es posible que te hayas sorprendido realizando una respiración alta o clavicular. Esta es vertical y ascendente, se elevan pecho y clavículas. Está asociada a emociones negativas (o, por no demonizar dado que todas tienen su razón de ser, también llamadas emociones de vibración baja) como pueden ser el miedo, la ira o la ansiedad. Y también asociadas a estados mentales alterados como cuando estamos preocupados y damos vueltas y más vueltas al mismo tema sin dar con una solución. Esta respiración es muy pobre y puede generar más tensión. Por sí sola no es recomendable, tiene sentido cuando forma parte de una respiración completa, la cual veremos más adelante en este artículo.
Otro tipo de respiración es la media, torácica o intercostal. Consiste en una fuerza horizontal y lateral expansiva. La notarás si colocas las manos en el pecho o en los costados. Es una respiración útil si haces algún tipo de esfuerzo físico, dado que es una forma rápida de conseguir oxígeno. Es por tanto una buena acompañante cuando realizas esfuerzos cardiovasculares. Sin embargo no es adecuado que la sostengas en el tiempo o que se convierta, como es un caso frecuente, en tu respiración por defecto.
Por último, también es posible que te hayas encontrado realizando una respiración baja, diafragmática o también llamada abdominal. Se produce cuando, al llevar más cantidad de aire a la parte baja de los pulmones, estos ejercen una fuerza descendente en el diafragma que desplaza los órganos abdominales hacia afuera. Es la respiración que tienen los bebés y los niños, solo tienes que mirar cómo se mueve su tripa al dormir plácidamente. En tu cuerpo la sentirás colocando tu mano en la zona de tu ombligo. Al inspirar y llevar el aire a la zona baja de tus pulmones, notarás cómo se eleva tu mano.
Es la más eficiente de las tres porque es la que nos permite llevar la mayor cantidad de oxígeno a nuestras células. Sus beneficios son numerosos, entre ellos, nos ayuda a relajarnos y mejora el tránsito intestinal. Idealmente debería ser la que realizamos a lo largo de todo el día.
La respiración yóguica o respiración completa une las tres anteriores. El objetivo es aprovechar al máximo nuestra capacidad pulmonar. Este tipo de respiración comienza con la inhalación diafragmática, continúa con la media y termina con la alta, esto hace que la experimentes como si fuera una ola. Es fluida y sin cortes. La exhalación comienza desde arriba; vaciando primero la zona alta, luego la media y por último el abdomen. Si además vas progresivamente ralentizando la espiración, notarás como cada vez vas entrando en un estado de relajación mayor.
Puedes practicarla en la cama al despertar, realizando seis o siete respiraciones completas para empezar bien el día o por la noche al acostarte para dormir mejor. Yo, además, la practico para calmarme antes de hacer alguna presentación en público, lo que a veces sigue poniéndome un poco nerviosa. Sus beneficios son múltiples:
- Nos sentiremos con las baterías cargadas.
- Calma el sistema nervioso.
- Es recomendable practicarla cuando tienes días tristes, cansados o melancólicos, te ayudará a mejorar tu estado anímico.
- Aumenta la tasa de oxígeno en sangre y aporta claridad mental.
Una sesión de yoga es ideal para trabajar la conciencia sobre nuestra respiración y disfrutar de los beneficios y del placer que proporcionan una respiración adecuada.

Esta es una de las razones por las que encuentro el yoga una práctica tan terapéutica.